jueves, 31 de marzo de 2011

ENTRE COPAS Y AMIGOS

Ayer en la tarde, cuando iba camino a casa, me encontré una amistad de antaño, una amiga de la adolescencia con quien compartí espacios de regocijo en un tiempo en que la única preocupación era no perder el año.
Se me hizo muy grato verla y reconocerla y mas grato aun, que ella tambien me reconociera y me saludara de la forma efusiva que lo hizo. Me explico, en aquel entonces, yo tenía 3 grupos de amigos. Estaban mis amigos del barrio, con quienes compartía desde una muy temprana adolescencia y que habian caído a un tercer plano; estaban mis amigos del colegio, la "Gaminería Ferrinista", el círculo que mas quería y con quienes pasaba la mayor parte del tiempo y por último, estaban los punkeros podridos y los "gronchetos" del guanábano, el grupo de amigos con quienes me escapa cada 2 fines de semana a tomar vino, a fumar Kool y a cantar con un peludo y su guitarra moribunda. De este último grupo, provenía el vínculo que me unía con la persona que me encontré en el metro y la sorpresa se debe a que este circulo de amigos, me rechazaron y me excluyeron del grupo porque al terminar el colegio, me conseguí un trabajo, me cambié los jeans roidos y los converse sucios por unos jeans limpios y unas botas timberland y cambié las camisetas negras por camisas de manga larga. Segun ellos, me volví parte del sistema que tanto reprochabamos. Sin embargo, allí estaba ella, con un pelo liso y bien peinado, con un pantalon negro de lino (creo ... son pocos mis conocimientos en telas de pantalones para ejecutivas ex-punkeras), con una blusa rosada impecablemente aplanchada a las 6 de la tarde, de tacones, bolso y sin ninguna evidencia de sus aretes viejos, de sus mechones rojos y azules, de las platineras que le habia robado a su hermano o de las chaquetas con parches de Sex Pistols, Klamydia o Minor Threat.
"Como nos cambia la vida, ayer era uno y hoy soy otro" entonaba hace algunos años el Soldado Dominguez, luego de ser rescatado en la operación Jaque ... esas palabras me retumbaron en el cacumen mientras conversaba con mi acompañante, no solo por los recuerdos de la punkera que ahora trabajaba en una agencia de seguros, sino por los cambios que mi vida ha sufrido desde aquellas epocas doradas en que mi pelo no conocía un espejo, mi cara no conocía una barbera y mis tenis no conocían el jabón.
Luego de la conversación obligatoria de cualquier reencuentro (Y a quien te has vuento a encontrar ?? que pasaría con lagarto ?? Supiste que la mona está en la carcel ?? ), empezó el recuento de nuestras vidas ... nada especial, nada extraño, nada fuera de lo odinario, hasta que le conté que una de las actividades que realizaba para ganarme la vida, era la docencia. Varias personas que me conocieron en el colegio han resultado sorprendidas por la pasión que despierta en mi esta labor, ya que nunca fuí un alumno destacado, nunca fuí un gran enamorado del estudio, nunca fuí ejemplo de disciplina y buen comportamiento y en mi anti-pálmares educativo, perder 3 años es talvez lo que mas destaca. Sin embargo, la sorpresa que le generó a este personaje con quien hablaba, se me hizo hipócrita y estratosféricamente innecesaria. Si alguien podría entender que los comportamientos y las actitudes cambian, es una persona que hace 10 años tomaba vino Pomposo, regurgitaba empanadas de 200 en la esquina, fumaba pielroja sin filtro, no se ponía calzones y hoy vende seguros, tiene una hija estudiando en La Salle y está casada con un odontólogo.
No veo la hora de que este viaje compartido llegue a su final. El reencuentro con amigos del pasado siempre es grato porque se recuerda con cariño las etapas que nos unieron y que de alguna forma, nos llevaron al punto en que nos encontramos ...
Llegamos a la estación Envigado, ella se dirige al acceso Sur, donde la espera su esposo en el auto y yo me dirijo al acceso norte donde me espera mi bus.
Mientras nos despedimos yo pienso "Que bonito es encontrarse con la gente del pasado ... Que nostalgia me da recordar lo bueno que pasaba en el guanábano" ... en mi mente está la idea de algun día llamarla, conocer su familia y hablar de esos momentos radicales y agresivos que vivimos en aquellos años de vino y rock and roll ... intercambiamos teléfonos, me pide que la busque en facebook, me da un abrazo y me dice "que bueno saber que alguien bueno salió de esa época negra de mi vida ... yo me imaginaba que todos estaban muertos o tirando zacol, ajajajajaajajaja ... definitivamente esa es una época de mi vida que borraría sin pesar" ...
Da media vuelta y se aleja ... acto seguido, borró su número de mi celular y la puteo en mi cabeza.

viernes, 25 de marzo de 2011

LA MUERTE

Poco pienso en la muerte.
A mis "cortos" 30 años de edad, la muerte no ha sido una constante en mi vida. -Ahh, que gueva !!! .. si estás vivo- me dijo alguien hace poco cuando le mencioné estas palabras; es cierto, estoy vivo, pero para experimentar la muerte no es necesario "vivirla" en carne propia ... es tan obvio el comentario, que hasta me parece ridículo escribirlo, pero que va.
Cuando pienso en la muerte, mi mente vuela. La muerte es una de mis mas grandes curiosidades, mas no de mis miedos y muchas veces cuando menciono esto, la gente malinterpreta mis palabras y me categorizan de suicida o peor aun, emo.
Mi primer encuentro con la muerte, podría ser considerado como trivial o tal vez caprichoso. Era el mes de julio del 94, yo tenía 13 años y mi tía Claudia me despertó esa mañana y me contó que habian matado a Andres Escobar. Yo no soy de apellido Escobar ni soy familiar de los Escobar por ninguna de las ramificaciones de mi genealogía, pero conoci a los sobrinos de Andres en el colegio Calasanz, allá mismo tuve la oportunidad de compartir con el algunas palabras en actividades lúdicas y desde niño fuí enfermo apasionado por el Atlético Nacional. Cuando recibí la noticia, lloré. No por ser hincha de Nacional, no por haber cruzado algunas palabras con el, tampoco por empatía con el dolor de sus familiares. Lloré porque era la primera vez que la muerte me hacia sentir su presencia y me sabía amargo, maluco ... desconcertante. En 1994, a mis 13 años, conocí la muerte.
Mi familia, tanto paterna como materna, ha sufrido contadas bajas. El primer miembro de la familia que partió, fue mi abuelo Hernando. En ese momento descubrí el verdadero significado de la muerte. Cuando mi abuelo partió, empecé a entender realmente lo doloroso que es el sentir la partida del ser querido y empezó a nacer en mi la curiosidad por lo que sigue despues del apagón del funcionamiento interno corporal. Hoy, ya he sentido la ausencia de 4 familiares muy cercanos. 3 de mis abuelos y una de mis tías. Todos dejaron un vacío en mi y con cada muerte, una parte de mi moría. Los recuerdos que dejan son tan profundos como gratos.
Es extraño recordar trivialidades, pero olvidar conversaciones ... Ahora no recuerdo los momentos "importantes" con ellos, no recuerdo muchos de sus consejos o las palabras que me dieron cuando terminé el colegio o cuando conseguí mi primer trabajo o ingresé al auniversidad ... no ... recuerdo las cosas pequeñas ... las galletas waffer de vainilla que me daba el abuelito Hernando y la menudita que me regalaba cuando le hacia un mandado; recuerdo a mi abuelita Eloína empacando las cremas que ella misma hacia, en los tarritos plásticos en que venían los negativos fotográficos ... la recuerdo, ya entrada en años, mostrándonos a mi hermana y a mi, como desde que estaba en gimnasia, ya era capaz de brincar de una baldosa a otra; Recuerdo a mi abuelito Luís ganándome siempre que jugabamos ajedrez ... recuerdo que me decía chuchito y cada vez que lo recuerdo diciendome así, me lo imagino haciendo el mismo gesto y mis ojos se me llenan de lágrimas; Recuerdo que mi tía Silvia siempre entregaba los regalos el 24 de Diciembre a las 12 de la noche acompañada de un vaso de piña colada ... la recuerdo riéndose, con ese sentido del humor inigualable y el sonido de su risa, que aun lo tengo intacto en mi memoria ...


Ellos hoy no están .... es decir, no está fisicamente, pero para mi es inevitable pensar que ya no están con nosotros ... Entonces eso significaría que la muerte no existe. El cuerpo se pierde, desaparece, cambia de estado ... pero el cuerpo no es nada ... el cuerpo es un empaque ... si la escencia perdura en los recuerdos, en la memoria y en las vivencias, entonces nunca nadie muere, simplemente muta ... ¿evoluciona? ... nahh, suena demasiado terrenal .. talvez la muerte es una forma de vivir para siempre de recuerdo en recuerdo ...
Jamas habia pensado tanto en la muerte y creo darme cuenta porque ... la muerte la vivimos todos de una manera diferente y yo solo la entenderé cuando la viva ... creo que eso hace parte de lo bonito del asunto ... para saber morir, hay que vivir la muerte y para vivir a veces hay que morir ... ¿¿que??
Si usted se aguantó este ladrillo, me disculpo ... a veces me gusta sentarme a pensar y transcribir cada aberración, paradoja, sueño o tontería que se me venga a la cabeza así me de cuenta que estoy escribiendo sobre nada o sobre todo ... y darme cuenta que me queda grande ... vergonzosamente inmenso ...... Hoy me acordé de mi abuelito Luís y de repente me dió por escribir algo sobre el ... algo que talvez solo yo entienda o que alguien mas identifique como propio ...

miércoles, 2 de marzo de 2011

PRIMAVERA CENTRO


Como a una gran parte de mi generación, es mas, como a una gran parte de los "Medellinitas", a mi me criaron con un monton de ideales y filosofías que se creían apropiadas para nosotros. Muchos de esos consejos se van desvirtuando con el pasar de los años. Hablar con extraños puede ser una de las experiencias mas enriquecedoras de la vida, recibir confites en un bus es, aparentemente, una nueva forma de valorar el trabajo y de respetar al laborante, tener sexo en viernes santo es .... es ... bueno, ese en realidad aun lo sigo, no por respeto a la iglesia católica, sino por verdadero miedo; pero una de esas ideas que desde niño me taladraron en la cabeza y que luego de muchos años, pude superar, es el miedo al centro de mi ciudad.
Desde niño, muchos adultos de mi entorno me fueron inculcando el miedo al centro. "Allá atracan a todo el mundo", "Eso es un infierno lleno de locos y de prostitutas", "Es muy sucio, desordenado y huele maluco", "El centro es tierra de nadie" ... Mi padre, por el contrario, siempre fue un gran amante del centro. Trabajó allí toda su vida, se encontraba con sus amigos en el Parque Berrío a tomar cerveza y a jugar billar (aún lo hace), en el centro pasábamos gran parte de nuestros domingo, primero tomando gaseosa y comiendo pastel en "El Diamante" del Parque Bolivar y luego en cine en cualquiera de los diferentes teatros del área (El Lido, el Ópera, Odeón, El Cid, Cine Centro, Junín I y II, el Dux).
Mi hermana y yo nunca fuimos muy entusiastas a la hora de visitar el área central de la ciudad. Aunque mi padre siempre trató de eliminar ese terror con el que nos alimentaron de niños, el centro no era nuestro lugar favorito y esto empeoró cuando una tarde de domingo, siendo un pequeñín aun, caminando junto a mi padre por el pasaje Palacé-Junin, un ladrón me arrebató la gorra de mi cabeza y corrió como el viento ... La parte que disfruto al contar la historia, es que mi padre salió corriendo tras el bandido y minutos después, regresó con la gorra ... El sentimiento hacia mi viejo, siempre seguirá siendo el mismo ... mi héroe ... pero el centro, seguiría siendo para mi, un lugar maldito y atemorizante.
Con la llegada de la juventud el panorama no cambió, pero al cruzar a la adultez, conseguí mi primer trabajo tras terminar el colegio y como si la vida quisiera darme una lección y abrirme lo ojos, comencé a trabajar en Cúcuta entre Colombia y Ayacucho, en pleno centro del centro, cercano al hueco, en lo que para mi, era la boca del tigre ... el sitio donde el lenocinio y el latrocinio unían fuerzas para convertirse en un templo a la maldad ... Esto fue en Abril de 2001.
Hoy, 2 de Marzo de 2010, abiertamente declaro que el centro de Medellín es mi lugar favorito de la ciudad. Desde ese 5 de Abril de 2001, hasta el 30 de Enero de 2009, el centro fue mi pan de cada día y en el descubrí las maravillas a las que me estaba negando. Esos 8 años de laburo en el área, aprendí que para comer empanadas y palitos de queso baratos y buenos, debía ir al parquedaro de Boyacá con Cúcuta, que las fotos las debía revelar en Foto Brehmen en la plazuela San Ignacio, que los mejores jugos los compraba en una chaza bajo el viaducto del metro entre Colombia y Ayacucho, que la mejor papamugre me la vendía el viejo Rubén en San Juan con Palacé, el Capuccino en su máxima expresión lo ingería en Los Toneles en el pasaje comercial Los Panches, el mejor restaurante , "El Matorral", lo compartí muchas veces con varias novias y con los estudiantes y doctores de la facultad de medicina de la U de A en Urabá entre Bolivar y Carabobo, que si lo que buscaba eran camisas baratas, frente a la entrada lateral de la iglesia de la Veracruz las podía conseguir, si algún día me levantaba con la sensación de que nadie me quería, caminar por la Avenida de Greiff podría darme los mejores piropos que en la vida había escuchado, aprendí también que las mujeres mas conversadoras y amigables, las encontraba en el Centro Comercial Japón (lugar que me regaló 4 novias en esos 8 años de visitas), el banco de Bogotá menos congestionado estaba en Colombia con Tenerife, El Bancolombia a visitar, está en el segundo piso del Carulla de Carabobo entre Colombia y Ayacucho y el BBVA de la Avenida colombia tiene que ser una de las sucursales del infierno en la tierra.
El centro puede darte todo lo que buscas, a cambio de un poco de paciencia y una mente abierta. La primera crónica que escribí en mi vida, la escribí en Agosto de 2002 y surgió de sentarme tranquilamente a conversar con un personaje que cantaba música de los años 60's acompañado por un extraño artefacto tipo karaoke y que recibía una alta cantidad de monedas de parte de su público. También, gracias al centro, pude conocer al "piojo" un hombre que a sus 53 años años, llevaba trabajando 25 años en el centro como lutrador y a punta de sacarle brillo a los zapatos de los caminantes, había levantado una familia de 4, regalado una casa propia a su madre y colmado de gustos a su hija menor, la luz de sus ojos y de quien guardaba una foto en el bolsillo de su camisa. En el centro conocí la barberia Restrepo Hermanos, el lugar que, por puro azar, escogí para cortarme el pelo después de muchos años de llevarlo largo y durante 5 años, solo don Hernando Restrepo puso unas tijeras en mi cabeza, convirtiéndose no solo en mi "estilista" de cabecera, sino en un amigo a quien le hablaba de mi vida, de mi trabajo y de mis sueños y el, con su pelo blanco, su mano firme y su estilo clásico pero prolijo, me ofrecía su arte y su oficio, y en muchas ocasiones, sus sabios consejos.
Fueron 8 años de vivir, comer, respirar y disfrutar del centro de Medellín, de su gente, de sus calles, de su magia. Vuelvo a el muy a menudo, pero no con la frecuencia que lo hacía antes, pero incluso, aunque sus calles son las mismas, en cada visita descubro algo o alguien nuevo .. Por eso, brindo esta noche por vos, mi querido centro ... Desde la avenida del ferrocarril hasta las Torres de Bomboná, desde la Alpujarra hasta La Minorista ... Porque la magia de tus calles, empedradas o pavimentadas, son el reflejo de lo que hemos sido como sociedad y como ciudad a lo largo de la historia ....