viernes, 22 de abril de 2011

DE LA MANO

Se sentía demasiado extraño. Era uno de esos momentos que normalmente te ponen el corazón a mil, donde te sudan las manos, la sonrisa no se borra, la barriga se agita como si un cataclismo estuviera ocurriendo, la mente se pone en blanco y los pies se adormecen, dando la impresión de que se camina entre las nubes; sin embargo, todo estaba tranquilo ... demasiado natural ... como si esto ocurriera muy a menudo, como si el factor sorpresa ya no existiera ... se sentía tan bien.
Caminamos entre los árboles tomados de la mano hablando del canto de los pájaros y riéndonos del par de negritos que jugaban "la lleva". Hablamos de la infancia, de nuestros cambios, de nuestro presente y nuestro futuro ... nos besamos.
Acostados sobre un cesped desprolijo, me dices que me extrañas ... siento tu mano apretando la mía y tu cabeza se apoya sobre mi hombro ... te beso la cabeza y te digo que no tienes nada que extrañar porque nunca me he ido ...
Tu cerveza casi acaba ... mi cigarrillo reposa sobre el cenicero aferrándose a los últimos alientos de vida .. tu mano juega con mis dedos, mientras mis pies recorren los tuyos ... La mesera trae la cuenta.
En el metro, te apoyas sobre mi pecho mientras escuchamos algo de Vicentico ... te abrazo y te susurro que te amo .... Un perro ladra a lo lejos ... su ladrido se acerca cada vez mas ... abro los ojos ... me duele el cuello y tengo frío ... vuelvo a cerrar los ojos, pero ya no te encuentro.