miércoles, 21 de enero de 2015

Él Y Ella. Colección de Pequeñas Historias

CAPÍTULO 10.
SOÑAR DESPIERTO.


La vista era hermosa. El mar y el cielo parecían estar unidos en la linea de horizonte, se cruzaban perfectamente y no se distinguían el uno del otro. Él lo llamó "El azul infinito".
No era solo la mágica panorámica la que lo hacía sonreír. Era un cúmulo de cosas.
Ella estaba a sus pies, apoyándose contra sus piernas cruzadas, observando el mismo espectáculo.
Sus hijos aun estaban construyendo ese infinito castillo de arena que parecía un perro de dos pisos, pero a sus ojos, era la estructura perfecta. Amplia, sólida, imponente ... y con cola.
Al llegar la noche, hicieron una improvisada fogata y decidieron cantar, con sus espantosas voces, a todo volumen. Todo era risas, canto y alegría. A medida que el fuego se consumía, los niños se iban sintiendo cansados y adormecidos.
Volvieron a la cabaña, acostaron a los niños en sus camas y organizaron un poco el lugar.
La noche aun era joven y él no quería que terminara. Ella le propuso salir a caminar por la playa, acompañados de una linterna. Él aceptó.
La noche estaba fresca, perfecta para caminar.
Hablaron del pasado, del presente y del futuro. Tomaron fotos, se besaron, bailaron bachata y conocieron una pareja mexicana. Sus manos nunca se soltaron. Sus anillos nunca dejaron de brillar juntos. Eran un solo ser, un solo espíritu, un solo corazón.
El sol comenzó a despuntar. Ella y Él estaban abrazados, sentados sobre el lugar donde horas antes, se erigía un  mágico castillo con cola. La noche los arropó y el amanecer los encontró juntos. Tan juntos como habían estado a lo largo de los años. Tan juntos como estarían por el resto de sus vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario